- No es más importante lo que dices, sino lo que haces. Si algo no está bien hecho, no es suficiente con dar al cliente un mensaje que le tranquilice. Necesita una solución, un compromiso por parte de la empresa
- Permite al cliente la posibilidad de equivocarse. Penalizar al cliente por cambiar de opinión o equivocarse puede provocar que se alejen de nuestra empresa
- Cuidado con la introspección. Es una forma segura de fracasar en el proceso de comprender que es lo que el cliente quiere
- Autoridad delegada. Confía en quienes tienen la experiencia. La capacidad para mejorar cosas, por ejemplo, de los equipos de atención al cliente, puede tener un efecto positivo ya que tienen un mayor conocimiento para solucionar problemas
- Problemas no productos. Si nos centramos solo en los productos olvidándonos de aspectos como el servicio que ofrecemos, lo más probable es que sigamos cometiendo los mismos errores